BENEFICIOS DE LA FELICIDAD
Si se habla de felicidad se puede pensar que se trata de una experiencia
íntima y personal, pero cuando convivimos con otro, es difícil alcanzar esa
felicidad solos.
Lo normal es que se trate de un “trabajo conjunto”, y que ambos puedan
encontrar y compartir esa felicidad.
Lo contrario, la búsqueda individual, no sólo va a ser un “trabajo” más
arduo, sino que incluso puede verse entorpecido por una convivencia
inadecuada, donde existan intereses diferentes.
Al igual que sucedía con respecto a las enfermedades físicas y
psicológicas, en que su presencia impedía alcanzar estados adecuados de
felicidad, una convivencia problemática va a tener los mismos efectos
negativos.
Por lo que antes de ponerse en camino hacia la felicidad, sería
conveniente hacer lo posible por mejorar la convivencia con la persona con
la que se comparte la vida.
Una de las dificultades que se encuentran a veces las parejas es a la
hora de expresar emociones y de sentirse comprendidas, lo que repercute en
la calidad de la propia relación.
Cuando uno da el paso de convivir con otra persona asume que va a
tener que realizar muchos cambios en su vida, ya no tiene que mirar por sí
mismo sino por los dos, sobre todo si está pensando formar una familia y
crear un proyecto de vida juntos.
Es cierto que esa relación va a tener que pasar por momentos de
dificultad, y por supuesto por momentos buenos que son los que se buscan,
pero es precisamente en los primeros donde se comprueba la solidez de la
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pareja al enfrentarse y superar las trabas económicas o sociales por las que
se pueden encontrar, pero todo ello solamente se puede conseguir si existe
una buena comunicación entre ambos.
Muchos son los factores que pueden afectar a la salud de la pareja,
incluido los deseos y necesidades de cada uno de los dos, pero también las
presiones y demandas sociales de familiares y personas allegadas, así como
las dificultades y carencias económicas que se puedan presentar.
Igualmente, la pareja debe de ir adaptándose a los nuevos cambios de
roles que les toca asumir cuando llega “la prole”, teniendo que adoptar el
papel de papá o mamá, ahora con nuevas obligaciones de cuidado y
protección del nuevo miembro de la familia.
También, y con los años, cada uno de los miembros va a ir viendo cómo
van cambiando sus intereses, e incluso sus posibilidades de desarrollo
profesional y personal, que hay que tratar de mantener a la par con los de
la pareja, si es que se quiere conservar esta, quedando por encima de las
individualidades.
Pero de nada sirve los esfuerzos y sacrificios por la pareja si no existe
un mínimo de diálogo, donde se puedan expresar las necesidades y deseos,
con lo que hablar y poder llegar a acuerdos entre ambos, de forma que se
busque un punto de equilibrio entre la vida profesional, personal y la
familiar, pero ¿Expresar emociones mejora las relaciones de pareja?
Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una
investigación realizada desde la Universidad Islámica Azad y la Escuela de
Ciencias Médicas de la Universidad Baqiyatallah (Irán) cuyos resultados
han sido publicados en la revista científica Journal of Behavioral Sciences
in Asia.
En el estudio participaron trescientas personas, de los cuales la mitad
eran mujeres, en todos los casos fueron parte del personal de la
administración que desempeñaban tareas como maestros en la enseñanza
secundaria.
A todos ellos se les administraron cuatro cuestionarios, uno relativo a
la satisfacción marital a través de un cuestionario estandarizado
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denominado Enrich Marital Satisfaction Questionnaire, y tres con respecto
a la evaluación de las emociones, uno sobre la capacidad de expresión de las
mismas a través del cuestionario estandarizado E.E.Q. (Emotional
Expressiveness Questionnaire), otro sobre el autocontrol emocional con el
E.C.Q. (Emotional Control Questionnaire) y el último sobre la claridad en
la expresividad emocional a través de Ambivalence Over Emotional
Expressiveness Questionnaire, con lo que analizar qué se siente, si lo
expresa o no, y de hacerlo, cómo lo hace.
También se registraron variables de tipo demográficas como número de
hijos, de años que lleva la pareja junta y de personas que conviven en el
domicilio.
Los resultados muestran una relación significativa entre la satisfacción
de la relación de pareja y las habilidades comunicativas emocionales,
aunque esta relación significativa únicamente es con respecto a la expresión
de las emociones, es decir, en las relaciones que se expresan las emociones
se sienten más satisfechos y al revés.
En cambio, cuando existe un mayor autocontrol de las emociones y no
se expresa, se produce insatisfacción en la pareja, al igual que cuando las
emociones expresadas son ambivalentes o poco claras.
Algo que puede parecer obvio en una pareja pero que en ocasiones no se
tiene en cuenta a la hora de cultivar las relaciones íntimas, dejándose de
hablar y expresar las propias necesidades y sentimientos.
De ahí que una parte fundamental de la labor del terapeuta de pareja
sea conseguir que los miembros hablen y expresen sus inquietudes y
emociones, lo que, como se ha observado en el estudio, va a tener un efecto
directo en la mejora de la satisfacción de la pareja.
Aunque en el estudio se recoge el número de años de convivencia de las
parejas, este dato no ha sido empleado para separar entre los que llevan
poco o muchos años de relación, con lo que no informa si estos efectos
significativos se mantienen o varían con el tiempo.
Hay que tener en cuenta que no se trata de una investigación en el que
se haya realizado una intervención para mejorar las habilidades
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comunicativas, necesario para poder concluir que efectivamente influye
significativamente en la calidad de la pareja.
Es por ello que se precisa de nuevos estudios donde se “manipulen” las
variables comunicativas y se observen los resultados comparados con un
grupo control, para comprobar si efectivamente se produce un mejoramiento
o empeoramiento de la calidad de las relaciones de pareja, en función del
grupo al que ha sido asignado.
Además en la selección de los participantes se mantienen unas
circunstancias muy concretas como es la de ser maestros de enseñanza
secundaria y casados, lo que limita el estudio a corroborar lo que sucede en
esta población, pudiendo encontrarse diferencias con respecto a personal
público en otros trabajos e incluso a personal no funcionario, por lo que no
se puede entender que el nivel educativo, económico y de seguridad laboral
represente ni siquiera a la totalidad de la población objeto de estudio.
Igualmente hay que tener en cuenta el reducido número de
participantes y que todos compartían una misma localización geográfica y
cultural, asociada a oriente, por lo que los resultados se pueden considerar
válidos dentro de su cultura, siendo necesarios nuevos estudios en otras
latitudes para poder concluir al respecto.
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Dr. Quazi Imam, Director Médico del Hospital Arlington Memorial (EE.
UU.)
Uno de los conceptos asociados a la felicidad es la psicología positiva, la
cual se ha mostrado como una de las ramas de psicología más actuales y
prácticas, en donde se busca mejorar la calidad de vida de la persona.
Cambiando el modelo teórico pasando de la psicología clínica a la
psicología positiva, donde ya no se busca ayudar a los pacientes con alguna
psicopatología, si no tratar de que cualquier persona pueda encontrarse bien
consigo mismo y con los demás, y que aprenda las herramientas del éxito
personal, que le conducirán a la felicidad.
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